jueves, 20 de septiembre de 2007

El hombre es como el oso...

El oso negro, lustroso y precioso que avistamos en nuestro paso por Lake Superior (del cual, por supuesto, no tengo foto) me hizo recordar el famoso refrán. Será cierto que el hombre cuanto más feo... más hermoso?

Siguiendo con los refranes, alguno(s) intentará(n) la vía diplomática diciendo "sobre gustos no hay nada escrito". Pues no es tan así la cosa. Al menos a nuestros gurrumines la belleza no les es ajena (todavía no se sabe qué opinan los oseznos). Según un estudio científico meticuloso, a la hora de elegir entre una cara linda (masculina o femenina) y una no tanto, los bebés eligen sin muchas dudas a los carilindos...incluso sobre la cara de los propios parentales! Según estos científicos, la preferencia por las caras lindas estaría "grabada" en nuestros genes.

Claro que estos mismos científicos luego debieron ofrecer una posible explicación al asunto... tratando de apaciguar a una horda de padres ofendidos más peligrosos que osos enojosos! Aparentemente, si se promedian las caras de muchísimas personas la cara que resulta no es una cara "promedio", sino una cara bonita...y entonces en la cara linda los bebés reconocerían al "prototipo" de su especie y alguien en quien confiar para su supervivencia. Después de semejante explicación creo que los padres contestaron "no aclaren, que oscurece"!

Por hoy, me retiro (no sé si con mucho estilo). Súper receta para la próxima!

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