martes, 11 de noviembre de 2008

Re-cuerdos


Hoy tuvimos finalmente la primera nevada de la (larga por venir) temporada invernal. La pudimos observar con calma, porque es feriado. Se celebra "Remembrance Day", algo así como "el día del recuerdo". Qué se recuerda? Oficialmente el día se dedica a conmemorar a los soldados que han luchado desde la Primera Guerra Mundial, cuyo armisticio se firmó en la 11ava hora del 11avo día del 11avo mes de 1918 (o sea, a las 11 del 11 de noviembre...de 1918).

Desde hace ya unos cuantos días las personas comenzaron a llevar en sus solapas una flor de amapola. La especie de escarapela trata de representar (para mi gusto botánico, no muy exitosamente) una flor de Papaver rhoeas. Esta especie crece "como yuyo" en los campos europeos, incluyendo Flandes. Su preferencia por suelos disturbados fue completamente satisfecha durante los bombardeos en los campos de batalla. El nacimiento de la simbología fue bastante simple: campos cubiertos de amapolas rojo sangre + sangre de verdad de los soldados caídos = adopción de la amapola como símbolo de los soldados muertos.

Pero las amapolas no se han limitado a ser símbolos de un día. Han tenido el orgullo de capturar la atención de egipcios, griegos y romanos, siendo elegidas como símbolos de muerte y del "sueño eterno" (por sus alcaloides, como la rhoeadina y el opio). Dicen (la gente dice cosas...diría Darío) que en la mitología griega las amapolas se relacionaron con Demetria, diosa de la fertilidad y la agricultura. La gente creía que iba a tener una buena cosecha si en sus campos crecían amapolas.

El resto de la semana seguirá tranquila. Es "semana de lectura", la oportunidad para alumnos remolones de ponerse al día con sus cursos, y la oportunidad para otros (incluyendo muchos de los remolones que deberían quedarse estudiando) de tomarse una semanita de descanso (o todo lo contrario) en las playas mexicanas. Maravilloso balance humano, la partida de unos en búsqueda de locura ha brindado a otros (nosotros) una esperada calma!


sábado, 26 de julio de 2008

Tomatela

Tomatela: popular expresión argentina para darle la polca del espiante a todo sujeto que nos tiene hasta la coronilla. Admite las variantes de "tomátela" o "tomatelá", según el enfásis que se desee lograr.

En una semana alternada de tomatela y tomátelá, nuestros tomates han comenzado a enrojecer, tal vez estimulados por nuestros riegos bi-diarios y el calcinante sol albertano.

Nacido en Perú, el tomate se desplazó a Europa para conquistar el paladar de algunos y asustar a otros. Los italianos lo bautizaron "pomo d'oro" o "manzana de oro" (no es que los italianos fueran daltónicos, sino que los primeros tomates eran amarillos). Los franceses, como no podía ser de otra manera, lo llamaron "pomme d'amour" o "manzana de amor". En contraste, los alemanes le dieron un nombre un tanto más tenebroso "wolf peach", algo así como "durazno de lobo". Aparentemente, parte de la reticencia germana se debió a que notaron que la planta de tomate era muy parecida a otra planta alucinógena, y potencialmente mortal, que se creía era utilizada por las brujas para transformarse en lobos. Curiosamente, la palabra italiana para esta temida planta era "belladonna" o "mujer hermosa", ya que las cortesanas medievales la usaban para dilatar las pupilas de sus ojos...lo cual era considerado súper-fashion para la época!

En el final de la historia, la ciencia decidió dejar de lado las pasiones latinas para el nombre del tomate y lo bautizó Lycopersicon esculentum o "durazno de lobo comestible", mientras que a la temida pariente alucinógena y mortal le tocó el glamoroso nombre de Atropa belladonna. Lógica pura.

Crédito de la foto: piruch

Receta, algo simple, veraniego y muy tomatero: panzanella (ensalada de pan).

Panzanella
  • 4 rodajas gruesas de pan de 1-2 días (tipo pan francés o pan de campo)
  • 4 tomates medianos
  • 2 pimientos (rojos, amarillos o naranjas)
  • 1/2 pepino
  • 4 cebollitas de verdeo
  • 8 filets de anchoas, escurridos y picados
  • 2 cucharadas de alcaparras, enjuagadas y escurridas (está en le receta original pero yo no le puse)
  • 3 rodajas de mozzarella o gouda cortadas en cubitos no está en la receta original, pero queda riquísimo)
  • unas 8 hojas de albahaca
  • 5 cucharas de aceite de oliva extra-virgen
  • 2-4 cucharadas de aceto balsámico
  • sal y pimienta a gusto
Cortar el pan y el tomate en cubos (si se tiene paciencia, sacar las semillas de los tomates) y ponerlos en un bowl con las 5 cucharadas de aceite de oliva. Mezclar bien y dejar reposar un rato (20 minutos aprox.)
Cortar los pimientos en cuadraditos, la cebolla de verdeo en rodajitas y el 1/2 pepino en tiritas o cubitos y agregarlos al pan y tomate.
Agregar las anchoas, alcaparras y aceto balsámico.
Agregar el queso y la albahaca. Mezclar bien y sazonar con sal y pimienta a gusto.

domingo, 6 de julio de 2008

Fiesta en el Canadá

Para no perder la costumbre, junio se me ha esfumado. El pobre pasó como un remolino, entre infartos, pneumonías, experimentos poco inspirados y plantas demandantes (aunque adorables). Se sumaron a la lista varios trips de pesca y una visita a las Rocosas, cosa de mantener el remolino balanceado y no apuntando para abajo.

Julio empezó con fiesta. Precediendo la celebración patriótica de sus famosos vecinos del sur, los canadienses celebraron el 1 de julio el "Día de Canadá".


Una especie de transformación colectiva ocurrió durante ese día: 1-familias enteras caminaron por las calles, 2-muchos decidieron usar como novedad el transporte público para moverse de evento en evento, 3- los que viajaban en coche fueron relajadamente "de paseo", 4-la moda incluyó ropas blancas y rojas, hojas de arce pintadas en la cara, globos rojos y blancos en los cochecitos de bebés, banderitas por los lugares menos pensados y niños en bañador envueltos en toallones luego de haber chapoteado en las aguas de alguna fuente de la ciudad (actividad prolijamente planeada como parte del evento celebratorio).

Por supuesto, el día terminó con los clásicos fuegos artificiales a las 11 de la noche, los cuales pudimos presenciar de cerca gracias a nuestra nueva locación. Cual Cenicienta que escucha las 12 campanadas, la transformación desapareció casi al mismo tiempo que la última explosión. Con un "se fini por este año", el parque se fue vaciando con premura...no es cuestión que el 2 los pescara todavía de fiesta!

Para cerrar a tono con el evento, una receta de una tarta deliciosísima que descubrimos en Maine y que decidimos poner en práctica recién este fin de semana: tarta de frutillas y ruibarbo...la imagen misma del verano! Trabajo en equipo que resultó un delicioso éxito.

Tarta de frutillas (fresas) y ruibarbo

Para el relleno:
  • 3 tazas de tallos de ruibarbo cortados en trocitos (las hojas se tienen que descartar porque son venenosas!)
  • 1 taza de frutillas (o sea, fresas) cortadas en láminas
  • 1 taza de azúcar
  • 3 cucharadas de almidón de maíz
  • 1/4 cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de ralladura de naranja
Para la masa:
  • 2 tazas de harina común (si es harina para pastelería, mejor)
  • 1/4 taza de harina leudante
  • 150 g de manteca (mantequilla) bien fría y cortada en trocitos
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 4-5 cucharadas de agua helada
Preparación del relleno:

Mezclar en un bol todos los ingredientes y dejar reposar por lo menos 20 minutos. La mezcla va a soltar una cantidad considerable de líquido y es necesario escurrirla antes de colocar sobre la masa del pastel.

Preparación de la masa:

El secreto de la masa es que quede con textura "migajosa", para lo cual hay que trabajarla lo menos posible y hay que refrigerarla antes y después de estirarla. También tiene que tener la cantidad mínima posible de agua, porque sino se encoge durante el horneado.

En un bol poner la harina y agregar la manteca rompiéndola con la punta de los dedos hasta que la mezcla tenga una textura parecida al pan rallado.
Agregar el azúcar y mezclar rápidamente con el filo de una cuchara.
Hacer un hueco en el centro, agregar 4-5 cucharadas de agua helada y mezclar con "movimientos cortantes", usando el filo de una cuchara. Apretar un poquito de masa entre los dedos, si queda unida ya está, sino agregar un poquitín más de agua.
Juntar la masa en un bollo, apretando sin amasar. Dividir el bollo en 2 , uno un poco más grande que el otro.
Envolver los bollos en plástico y llevar a la heladera por 20 minutos.

Armado de la tarta:

Sacar de la heladera el bollo más grande, estirarlo entre 2 hojas de papel encerado, moviendo el palote desde el centro hacia afuera, hasta alcanzar el tamaño para forrar la tartera (la cual debe estar previamente enmantecada/aceitada). Colocar la masa en la tartera y cortar los sobrantes.
Colocar nuevamente en la heladera por 20 minutos.
Estirar el segundo bollo y llevar nuevamente a la heladera.
Mientras tanto, precalentar el horno a 200 C.
Sacar de la heladera la tartera forrada, agregar el relleno (escurrido), humedecer los bordes de la masa con agua y colocar el segundo disco, apretando bien los bordes. Hacer cortes en la parte superior para que se escape el vapor durante la cocción (y así evitar reventar la tarta!)
Hornear a 200 C por 15 minutos.
Bajar la temperatura a 180C y seguir la cocción por otros 30-40 minutos (hasta que vean que la masa superior se pone dorada). Sacar y dejar enfriar.
Se puede comer tibia (sola), tibia (acompañada por helado de crema o vainilla) o fría. De cualquier forma es riquísima!

domingo, 18 de mayo de 2008

Cosecharás tu siembra (?)

El título de aquel famoso novelón de Luisa Kuliok me ha resultado de lo más apropiado para describir nuestra más intensiva y extensiva actividad de las últimas semanas: el armado de una cuasi huerta en nuestro nuevo balcón. Luego de observar sus dimensiones siderales y su poco animoso color gris-cemento, hemos decidido enverdecerlo.

Una plantita llevó a otra...y a otra...y como quien no quiere la cosa contamos, por el momento, con: 5 plantas de tomate, 1 de ají picante, 1 de orégano, 1 de menta "chocolate", 1 de ciboulette, 1 de tomillo limón, 4 de porotos y 1 maceta con lechugas. La lista continúa con unas proto-plantas (esto es, semillas recién germinadas) de albahaca, común y morada, ajedrea, tomillo común, perejil y eneldo. Como también hay que alimentar los ojos y el espíritu, agregamos 1 malvón, 1 geranio y girasoles rojos. La generosidad española nos ha aportado más perejil, margaritas e inciencillo.

También hemos adquirido unos "fiddle-heads" (o "cabezas de violín"), que son las frondas de los helechos cuando aún están enrolladas. Estas "rueditas" se cortan, se hierven para removerles ciertas toxinas y luego se preparan cual espárragos. Los helechines son muy populares en la zona de la costa este (estadounidense y canadiense). Siguiendo la tradición norteña de auto-denominarse "lo mejor de...", un pueblo de New Brunswick, Tide Head, se ha autoproclamado la "Capital Mundial del Fiddlehead".

De ir todo viento en popa, espero en unos meses poner una receta de dulce de tomate! Por ahora, una receta de frittata de queso.

Frittata de queso

La frittata es algo así como la versión italiana del omelette. La diferencia está en que no se dobla, sino que queda abierta y tiene una textura no tan cremosa, sino más firme. La frittata se tiene que cocer de ambos lados (cual tortilla española). El método más utilizado es, una vez cocidos los huevos en la parte de abajo, colocar la sartén en el horno y usar el broiler para cocinar la parte superior (por supuesto, la sartén debe poder meterse entera en el horno sin derretirse!). Otros, tal vez más tradicionales y por seguro más corajudos, prefieren revolearla en el aire y seguir la cocción en la hornalla de la cocina. Un tercer grupo, al cual considero también valeroso, la da vuelta con ayuda de un plato. Como sea, la frittata es fácil, rápida y deliciosa!
  • 6 huevos
  • 1 taza de queso rallado (parmegiano-reggiano o suizo)
  • sal y pimienta a gusto
  • 2 cucharadas de manteca (mantequilla)
  • Opcional: un puñadín de alguna hierbita fresca picada (orégano, tomillo, albahaca, etc)
Batir los huevos, sal, pimienta, queso y hierbas en un bol.
Encender el broiler del horno (o no).
Derretir la manteca en una sartén (a prueba de horno, si eligen el broiler) a fuego medio. Cuando comienza a hacer espumita, colocarle la mezcla de huevos y queso. Bajar el fuego al mínimo.
Cuando los huevos se hayan espesado y se haya formado una base, 1- llevar la sartén al horno o 2- dar vuelta en el aire o dar vuelta con ayuda de un plato. Cocinar sólo por unos segundos más, hasta que la superficie cuaje (no dejen que se "broncee" demasiado, sino va a quedar seca) .

Buon appetito!

domingo, 27 de abril de 2008

Corriendo la liebre

Me tomo cinco minutos de tanto embalaje y empaquetaje para la nueva mudanza (7 contenedores sólo para la cocina!) y mientras tomo un tecito aprovecho para hacer presencia por estos pagos.

El otro día pude sacarle nuevamente fotos a la liebres "zapatos de nieve", las cuales forman parte del staff permanente de la Uni. Durante el invierno el pelaje es de color blanco, pero ahora ha cambiado a castaño. Supongo que las pobres liebres están tan desorientadas como nosotros con las recientes nevadas tardías. La idea del cambio de pelaje es el camuflaje, pero ahora más que camufladas las poverette habían quedado deschavadas!

Bueno, ya me tomé el té, asique esto es todo ("esto es, todo esto... todo esto es ... todo es... Esto es, todo... todo, esto, ese, todo eso es. Éste todo, ¡Oh!, ¿qué es esto?, éste se, éste se, todo eso se, eso se tostó, se... ese seto es dos, dos tes, dos, eso es sed, esto es tos, tose tose toto, o se destetó teté o est ... ¡Ahh! ¡Esto es todo!").

Y para que alguien que yo sé no me rompa los quinotos con la receta: Ensalada de quinotos!

Ensalada de quinotos
  • 2 tazas de quinotos cortados en rodajas finas
  • 1/2 taza de cebolla roja picada
  • 1/4 taza de cilantro picado
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 1/4 cucharadita de ají molido
  • una pizca de pimienta cayena
  • Sal a gusto
  • Ocional: 1 aguacate (o sea avocado/palta) cortado en rodajas finas y con un chorrito de limón (para que no se ponga negro).
Combinar todos los ingredientes en un bol y dejar reposar un rato (si es posible 1 horita) para que los sabores se combinen.

lunes, 21 de abril de 2008

Efemérides

Un 21 de Abril de...
  • 753 AC: Rómulo y Remo fundaban Roma
  • 1944:Las mujeres en Francia obtenían el derecho a votar
  • 1960: Se inauguraba Brasilia como la nueva capital de Brasil
  • 2008: La temperatura máxima en Edmonton (-7C) alcanza el récord de la más baja de la historia!

A un mes de inaugurada la primavera, el fin de semana nos ha "cortado -10". Sensación térmica: -20C. Nieve volando copiosa, incesante y horizontalmente (por la ventolera). Foto sacada desde la ventana de nuestro depto hacia el edificio de enfrente. La mancha rosa que se vislumbra en el centro de la foto corresponde al flamenco de plástico de un vecino con ilusiones de que esto sea Florida.

En fin, vuelta a las botas de nieve y a la pluma de ganso. Algún día (julio, tal vez?) podré volver a pensar y escribir sobre algo que no sea el (#@@#$%$^%) frío!

Strudel de batata (papa dulce), queso feta y piñones

Receta rica y fácil, altamente recomendable!

7 hojas de masa filo
450 g de batata (papa dulce) cortada en daditos de aprox. 1 cm
1/2 taza de queso feta desgranado
1/2 taza de piñones
2 cucharadas ( o más!) de albahaca picada
4 cebollitas de verdeo picadas
aprox. 40 g de manteca (mantequilla) derretida y mezclada con 2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de semillas de sésamo

Precalentar el horno a 180C
En una asadera poner los daditos de batata, pintarlos con un poco de aceite de oliva y hornear por 30-40 minutos hasta que esté blanda y empiece a tomar color. Retirar del horno y dejar enfríar.

Mientras tanto: tomar una hoja de masa filo y cubrir el resto con un paño húmedo (esto es muy importante, ya que la masa filo se seca rapidísimo y se rompe)
Con un pincel, untar la hoja con la mezcla de manteca y aceite. Colocar una nueva hoja sobre la primera, untar...y así con las siete hojas

En un bol mezclar la batata, queso feta, piñones, albahaca y cebollita de verdeo. Colocar el relleno en el centro de la masa. Doblar los bordes de la masa sobre el relleno, pintando de nuevo con la mezcla de manteca y aceite.

Espolvorear con las semillas de sésamo y hornear por aprox, 30 minutos, hasta que la masa esté dorada. Ríquisimo!

viernes, 21 de marzo de 2008

De santas primaveras y huevadas

Que lo tiró Mendieta! La escritura de cosas "serias" no me deja tiempo para mis escritos panquesianos. Pero los dos grandes acontecimientos del día ameritan un esfuerzo. Primero, comenzó el feriado de Semana Santa. Segundo, empezó la primavera! En realidad con 3 de máxima, -3 de mínima y 12 hs de luz, nos sentimos como en pleno verano. No crean que exagero, todos hemos largado los gorros, guantes, campera invernal, botas de nieve y, lo más importante, los calzones largos. El inconsciente colectivo trata de convencerse de que este lugar tiene algo más para ofrecer que frío (o ausencia de calor, según como se guste analizar).

Ayer, mientras almorzaba, alguien me preguntó: Qué tiene que ver la Pascua (cristiana) con los huevos (de Pascua)? Y ahi me quedé, con los ojos abiertos y escuchando grillitos en mi cerebro, cayendo en la cuenta de que en tantos años de catecismo las monjas nunca se habían preocupado por explicarme algo tan fundamental.

Según lo que pude averiguar, parte de la confusión se debe a que la celebración cristiana de la Pascua adoptó (y adaptó) ciertos rituales paganos. Se dice por ahi que los sajones celebraban un festival de la primavera al que llamaban Eostre, en honor a la diosa del alba. En estas celebraciones el huevo era considerado símbolo de re-nacimiento y fertilidad. Cuando los sajones se convirtieron al cristianismo y comenzaron a celebrar la muerte y la resurrección de Cristo, se dieron cuenta de que la fecha cuasi que coincidía con el festival de Eostre, y como quien no quiere la cosa, una celebración se mezcló con la otra. Y así se incorporó el huevo, aunque ahora restringido a símbolo de la resurrección de Cristo. Los cristianos habrán sido copiones, pero los sajones tampoco fueron demasiado originales. A más de uno se le ocurrió considerar al huevo como símbolo de vida. Según un proverbio latino "Omne vivum ex ovo" ("toda la vida viene de un huevo").

No me quedó muy claro como siguió la historia. A alguien en algún momento le habrá parecido que el simple huevo de gallina (o pato o ganso) era muy simple y decidió decorarlo. Y a principios del 1800 otro alguien habrá pensado que los huevos decorados eran muy lindos, pero si se hacían de chocolate iban a ser mucho más ricos! De los huevos decorados, los más espectaculares son los ucranianos, llamados "pysanky". Se pintan con una técnica parecida al batik. Luego de pintados, hay que animarse a vaciarlos. Impacientes y flojos de pulso, abstenerse!

Bueno, mis deberes me llaman.

En honor a la primavera y a Eostre, termino con una receta de una ensalada muuuuuuuyyyyyy rica.

Ensalada de rúcula con queso manchego y nueces caramelizadas

¼ taza de aceite de canola (o cualquier aceite de sabor neutro, no usar aceite de oliva o de soja)
1 ½ cucharadas de vinagre de vino blanco
Sal y pimienta
1/2 taza de vinagre balsámico (de la major calidad que puedan pagar!)
8 tazas de rúcula
2 manzanas (deliciosa o Fuji), con cáscara o peladas (como prefieran), cortadas en gajos finos
150 g de queso Manchego cortado en tiritas finas (en su defecto, usar un queso de sabor fuerte, como el sardo)
1 ½ tazas de dátiles cortados en rodajitas
1 taza de nueces caramelizadas (receta al final de la receta)
4 echalotes finamente picadas

Preparar la vinagreta, mezclando en un bol el aceite con el vinagre de vino blanco. Sazonar con sal y pimienta.
Hervir el vinagre balsámico en una cacerola pequeña a fuego mediano hasta que alcance un punto almibarado y se reduzca a aproximadamente ¼ taza.
En una ensaladera grande, mezclar la rúcula, las manzanas, la mitad del queso, los dátiles, las nueces y aderezar con la vinagreta. Si lo consideran necesario, condimentar con más sal y pimienta. Servir la ensalada en bols individuales y agregarle por encima un chorrito del vinagre balsámico reducido y el resto del queso.


Nueces caramelizadas

(la receta es para 1 ½ de nueces, o sea, después de la ensalada les va a quedar ½ tacita para disfrutar solas)

1/2 taza de azúcar (como siempre, si es negra o rubia, mejor)

2 cucharadas de vinagre balsámico

1 ½ tazas de nueces

Precalentar el horno a 180C. Forrar una bandeja para horno con papel aluminio. Rociar el aluminio con aceite.

Mezclar el azúcar y el vinagre balsámico en una cacerolita y revolver a fuego moderado hasta que el azúcar se disuelva (lleva sólo unos minutitos). Retirar del fuego. Agregar las nueces y mezclar bien. Colocar las nueces embadurnadas en la bandeja, bien distribuidas en una capa fina.

Hornear hasta que las nueces tomen color tostado y la cobertura se caramelice, removiendo de vez en cuando, unos 10-15 minutos. Dejar que se enfríen por completo en la bandeja. Se pueden preparar hasta con 2 días de anticipación y guardar en un contenedor tapado, a temperatura ambiente.

lunes, 18 de febrero de 2008

Bola(zo) de nieve

Hablar del tiempo es una forma de perderlo...se ve que el autor del dicho nunca tuvo que lidiar con el invierno edmontoniano! No nos podemos quejar, fueron sólo dos semanas con sensación térmica de hasta 45 bajo cero. Ahora disfrutamos de temperaturas (relativamente) cálidas y la oportunidad de retomar el cross- country esquí (o esquí de fondo) por los parquecitos locales.

Cada salida a esquiar es una experiencia diferente, dependiendo (principalmente) del estado de la nieve. Granulosa, blanda, esponjosa, acuosa, pegajosa...ojalá tuviera tantas palabras como los Inuit para describir a la nieve! Según una leyenda urbana que circula por ahi, los Inuit han desarrollado numerosas palabras para describir con exquisito detalle y precisión las más infinitesimales variaciones níveas. De cuántas palabras estamos hablando? Aproximadamente 100, según una nota aparecida en el New york Times en los años 80's.

Siguiendo el rastro de la nota, me resultó muy curioso la velocidad con la que (aparentemente) generan nuevas palabras. Según un artículo aparecido en los 70's las palabras eran 50, otro en los 40's llegaba hasta siete...y un libro publicado por un lingüista y antropólogo en 1911 contabilizaba 4: aput (nieve en la tierra), qana (nieve que cae), piqsirpoq y qimuqsuq (las cuales no he podido traducir del inglés al español, serían "drifting snow" y "snowdrift", respectivamente).

Evidentemente, la historia de los Inuit y sus palabras nevosas se ha ido adaptando a las demandas inflacionarias de la vida moderna. Leyenda urbana...o bolazo de nieve, literalmente!

Termino con una receta de una torta muyyyyy rica y muuuuuy fácil...no hay palabras para describirla!

Torta de limón y coco

- 1 1/2 tazas de harina leudante
- 1/2 taza de coco rallado (no endulzado)
- 1 cucharada de ralladura de limón
- 1 taza de azúcar (si es negra o rubia, mejor)
- 125 g de manteca (mantequilla) derretida
- 2 huevos
- 1 taza de leche
- 1 cucharadita de esencia de vainilla

Cobertura

- 1 1/2 tazas de azúcar impalpable
- 1 taza de coco rallado
- 1/2 cucharadita de ralladura de limón
1/4 taza (aprox.) de jugo de limón

Precalentar el horno a 180C. Enmantecar un molde para torta de 20 cm de diámetro (también puede usarse una budinera).

En un bol mezclar la harina, el coco, el azúcar y la ralladura. En otro, mezclar la manteca, los huevos, la esencia y la leche. Incorporar los líquidos a los sólidos, mezclando bien con una cuchara de madera.

Poner la mezcla en el molde y cocinar por aprox. 40 minutos.

Mientras la torta se cocina, preparamos la cobertura. Combinar el azúcar con el coco rallado y la ralladura de limón. Agregar el jugo e ir mezclando hasta tener una pasta de consistencia cremosa. Cuando la torta esté fría, colocar la cobertura con ayuda de una espátula.

domingo, 27 de enero de 2008

Calor humano

Sin ser demasiado deseado, el súper frío ha llegado. Como muestra el pronóstico, para los próximos días nos esperan máximas de 20 y pico bajo cero...máximas que, si llegan, sólo durarán con suerte una horita al medio día. Para complicar más el panorama, el fresquito ha resultado inspirador para Eolo, quien decidió aparecer y soplar con entusiasmo....llevando la sensación térmica a 45 bajo cero!

Antes de la invención de instrumentos generadores de calor más/menos eficientes y más/menos nefastos (entre estos últimos, el calentador a querosén, el calefactor y la estufita eléctrica), la gente recurría a lo que natura ofrecía - el fuego y los animales. Por ejemplo, en los caseríos típicos del País Vasco y Navarra, las personas vivían en el primer piso mientras que los animales se amuchaban en la planta baja. De esta manera el calor generado por los animales ayudaba a la calefacción invernal.

Ahora los suecos han decidido "volver a las fuentes". Una compañia proyecta calefaccionar un edificio de oficinas cercano a la Estación Central de Estocolmo utilizando el calor del cuerpo de las 250.000 personas que cada día circulan por allí. Aparentemente alguien (o alguiens) se preguntó: y si en lugar de seguir deshaciéndonos del calor que no queremos, abriendo ventanas o poniendo aire acondicionado, lo aprovechamos? Idea simple, eficiente y funcional...ni que fuera sueca!

Para los que se interesaron por la noticia, algunos detalles extras. El "calor humano" se va a re-direccionar mediante los sistemas de ventilación, utilizándose para calentar agua, la cual a su vez va a ser bombeada hasta el edificio en cuestión. Se estima que el costo de instalación de las tuberías y bombas va a ser de aproximadamente 200.000 coronas suecas (algo así como 21.200 euros o 31.200 dólares). Cuasi una pichincha, si se tiene en cuenta que la construcción del edificio costará varios cientos de millones de coronas.

Por el momento, los dejo. Si no aparezco en un tiempo prudencial es porque tal vez me haya transformado en una cubetera!

Para la receta, Piruch y sus espectaculares rollitos de canela (cinnamon rolls) versión propia, con harina integral y no tan gordos como los que se compran...y mucho más ricos!

Rollitos de canela

Ingredientes:

1 paquetito de levadura seca o 50 g de levadura fresca
1 cdita. de azúcar (para la levadura)
1 cda. de azúcar extra (para la masa)
2 tazas de harina común
1/2 taza de harina integral
1/2 taza de leche tibia
125 g de manteca
1 huevo ligeramente batido
1/4 taza de azúcar negra
2 cditas de canela en polvo

Disolver la cucharadita de azúcar en la leche tibia y agregar la levadura mezclando bien. De las dos tazas de harina común sacar una cucharada y agregar a la leche con la levadura. Dejar reposar cubierto en un lugar tibio hasta que se forme una linda espuma.

Mientras tanto, combinar el resto de la harina común con la media taza de harina integral en un bol, y agregar la cucharada de azúcar y 50 g de manteca cortada en trocitos. Desmenuzar la manteca con las manos hasta que esté bien incorporada a la harina. Hacer un hueco en el centro de la harina y agregar el huevo y la leche con la levadura. Mezclar bien hasta que quede una masa manejable. Amasar hasta que la masa esté blanda y elástica. Colocar el bollo en un bol grande muy ligeramente aceitado y cubrir con un film plástico. Dejar reposar en un lugar calentito-tibio hasta que el bollo duplique su tamaño (más o menos).

Mientras leuda, combinar la manteca restante (75 g) con el azúcar negra y la canela, aplastando bien con un tenedor. Apartar por el momento, pero no en la heladera.

Precalentar el horno a temperatura moderada-fuerte (210 °C)

Dividir el bollo en dos y estirar los semi bollos para que formen rectángulos de el doble de largo que ancho y no más de 1 cm de espesor. Sobre cada rectángulo untar de manera uniforme la pasta de manteca dejando 2 cm sin untar del lado largo. Enrollar los rectángulos sobre el lado largo empezando por el untado hasta el borde. Van a quedar dos "tronquitos" enrollados tipo pionono. Con un cuchillo bien filoso y no aserrado, cortar los rollos en rodajas de 3-4 cm de ancho. Ubicar las rodajas "espiral arriba" sobre una asadera, y que queden bien juntas entre ellas y los bordes de los rollitos mirando hacia adentro (para que se sostenga contra otro rollito y quede cerrado). Cubrir nuevamente con film y dejar reposar 15 minutos en lugar tibio.

Antes de quitar el film a los rollitos y de meterlos al horno, aplastarlos levemente por encima para que se ensanchen un poco. Finalmente meterlos al horno y cocinar unos 20 minutos o hasta que estén dorados.

Opcionalmente se pueden sacar unos minutos antes y pintarlos con un almibar casero o idealmente con jarabe de arce y luego volver a meterlos para terminarlos. Otra alternativa es hacer un glacé y chorrearlos con el glacé una vez sacados del horno.

domingo, 6 de enero de 2008

Ya no sos mi Margarita, ahora te llaman Margot

Y se han terminado oficialmente "Las Fiestas". Hemos celebrado el solsticio de invierno, la Navidad, el Año Nuevo y los Reyes Magos a puro blanco níveo (con excepción, claro, del rey Baltazar).

Para muchos, el blanco representa el símbolo de la pureza. Con las flores pasa algo parecido. Ya lo dice Alfonsina "Que sea azucena
sobre todas, casta.
De perfume tenue
Corola cerrada
(...)
Ni una margarita
se diga mi hermana".

Sin embargo, no todos se creen el cuento de la inocente florecita. Y si no, que lo diga Carlos Linneo - el creador del sistema que usamos para nombrar y clasificar cuanto ser vivo habita este mundo. Linneo consideraba que lo más importante para clasificar a las plantas eran sus órganos reproductivos, o sea, las flores. En su esmero para que sus ideas pudieran ser entendidas "hasta por las mujeres", no apeló ni a la poesía ni a la inocencia. En 1735 escribió "El cáliz es como la cámara nupcial, los filamentos como los vasos espermáticos, las anteras como los testículos, el polen como el esperma, el estigma como la vulva, el estilo como la vagina"

Tan claro quedó, que no saben la que se armó! Su sistema de clasificación no fue recibido con flores. Se lo acusó de "demasiado sucio y vulgar para los oídos británicos", de "devastar a la inocencia femenina" y de "aborrecible prostitución". El tema sobrepasó las ciencias biológicas y alcanzó a las teológicas. Linneo era profundamente religioso y llegó a decir que "Dios lo había guiado con su propia mano todopoderosa para brindarle el mayor de los conocimientos en las ciencias naturales" (y si, la humildad no era el fuerte de Carlos). El contra-ataque religiosos no se hizo esperar y algunos dijeron que Dios nunca hubiera permitido semejante "falta de castidad" entre las plantas (?).

Con el tiempo, algunos comprendieron y aceptaron, y otros no, pero se resignaron, a que las margaritas también tienen algo de "margots".

Tanto ha sido el impacto que Linneo ha tenido en el mundo que el año pasado (el recién pasado 2007) Suecia se vistió de gala en honor a su cumple #300. Se organizaron exposiciones, conferencias, conciertos y celebraciones que contaron con la presencia de los mismísimos reyes de Suecia, el emperador de Japón y varios premios Nobel.



Para terminar, la primera receta del nuevo año: Pasta con pesto de avocado...o aguacate...o palta...para que no queden dudas: Pasta con pesto de Persea americana (gracias Linneo!).

Pasta con pesto de aguacate (o palta o avocado)
  • 2 aguacates Hass (los de cáscara oscura y bien arrugada), pelados y picados.
  • 1 taza de hojas de albahaca fresca (Ocimum basilicum)
  • 2 dientes de ajo (Allium sativum)
  • 1 cucharada de jugo de limón (Citrus limonium)
  • 1 ½ cucharaditas de sal
  • ¼ taza de aceite de oliva (Olea europaea) extra-virgen
  • 1 paquete de espinaca (Spinacea oleracea) "baby" y fresca (no congelada), picada
  • 500 g de pasta cocida (los fideos que más les gusten)
  • ½ taza de piñones (que son semillas de distintas especies de pinos, las "verdaderas" y, por supuesto, más caras, son las europeas, que se cosechan del pino Pinus pinea). Es mejor si los piñones están tostados...pero cuidado que no se quemen!
  • 100 g de queso de cabra (Capra hircus), desmenuzado.
Para preparar el pesto: poner en una procesadora (o picar y pisar con mucho esmero y a la vieja usanza), los aguacates + la albahaca + los ajos + el jugo de limón + 1 cucharadita de la sal + 2 cucharadas del aceite de oliva.

En una cacerola, calentar el aceite de oliva remanente, y cocinar por 3-4 minutos la espinaca, con la pasta y sal 1/2 cucharadita de sal que quedó (o a gusto).

Agregar los piñones y el "pesto". Cuando todo esté calentido, servir y poner por encima un buen puñado de queso de cabra!