domingo, 27 de enero de 2008

Calor humano

Sin ser demasiado deseado, el súper frío ha llegado. Como muestra el pronóstico, para los próximos días nos esperan máximas de 20 y pico bajo cero...máximas que, si llegan, sólo durarán con suerte una horita al medio día. Para complicar más el panorama, el fresquito ha resultado inspirador para Eolo, quien decidió aparecer y soplar con entusiasmo....llevando la sensación térmica a 45 bajo cero!

Antes de la invención de instrumentos generadores de calor más/menos eficientes y más/menos nefastos (entre estos últimos, el calentador a querosén, el calefactor y la estufita eléctrica), la gente recurría a lo que natura ofrecía - el fuego y los animales. Por ejemplo, en los caseríos típicos del País Vasco y Navarra, las personas vivían en el primer piso mientras que los animales se amuchaban en la planta baja. De esta manera el calor generado por los animales ayudaba a la calefacción invernal.

Ahora los suecos han decidido "volver a las fuentes". Una compañia proyecta calefaccionar un edificio de oficinas cercano a la Estación Central de Estocolmo utilizando el calor del cuerpo de las 250.000 personas que cada día circulan por allí. Aparentemente alguien (o alguiens) se preguntó: y si en lugar de seguir deshaciéndonos del calor que no queremos, abriendo ventanas o poniendo aire acondicionado, lo aprovechamos? Idea simple, eficiente y funcional...ni que fuera sueca!

Para los que se interesaron por la noticia, algunos detalles extras. El "calor humano" se va a re-direccionar mediante los sistemas de ventilación, utilizándose para calentar agua, la cual a su vez va a ser bombeada hasta el edificio en cuestión. Se estima que el costo de instalación de las tuberías y bombas va a ser de aproximadamente 200.000 coronas suecas (algo así como 21.200 euros o 31.200 dólares). Cuasi una pichincha, si se tiene en cuenta que la construcción del edificio costará varios cientos de millones de coronas.

Por el momento, los dejo. Si no aparezco en un tiempo prudencial es porque tal vez me haya transformado en una cubetera!

Para la receta, Piruch y sus espectaculares rollitos de canela (cinnamon rolls) versión propia, con harina integral y no tan gordos como los que se compran...y mucho más ricos!

Rollitos de canela

Ingredientes:

1 paquetito de levadura seca o 50 g de levadura fresca
1 cdita. de azúcar (para la levadura)
1 cda. de azúcar extra (para la masa)
2 tazas de harina común
1/2 taza de harina integral
1/2 taza de leche tibia
125 g de manteca
1 huevo ligeramente batido
1/4 taza de azúcar negra
2 cditas de canela en polvo

Disolver la cucharadita de azúcar en la leche tibia y agregar la levadura mezclando bien. De las dos tazas de harina común sacar una cucharada y agregar a la leche con la levadura. Dejar reposar cubierto en un lugar tibio hasta que se forme una linda espuma.

Mientras tanto, combinar el resto de la harina común con la media taza de harina integral en un bol, y agregar la cucharada de azúcar y 50 g de manteca cortada en trocitos. Desmenuzar la manteca con las manos hasta que esté bien incorporada a la harina. Hacer un hueco en el centro de la harina y agregar el huevo y la leche con la levadura. Mezclar bien hasta que quede una masa manejable. Amasar hasta que la masa esté blanda y elástica. Colocar el bollo en un bol grande muy ligeramente aceitado y cubrir con un film plástico. Dejar reposar en un lugar calentito-tibio hasta que el bollo duplique su tamaño (más o menos).

Mientras leuda, combinar la manteca restante (75 g) con el azúcar negra y la canela, aplastando bien con un tenedor. Apartar por el momento, pero no en la heladera.

Precalentar el horno a temperatura moderada-fuerte (210 °C)

Dividir el bollo en dos y estirar los semi bollos para que formen rectángulos de el doble de largo que ancho y no más de 1 cm de espesor. Sobre cada rectángulo untar de manera uniforme la pasta de manteca dejando 2 cm sin untar del lado largo. Enrollar los rectángulos sobre el lado largo empezando por el untado hasta el borde. Van a quedar dos "tronquitos" enrollados tipo pionono. Con un cuchillo bien filoso y no aserrado, cortar los rollos en rodajas de 3-4 cm de ancho. Ubicar las rodajas "espiral arriba" sobre una asadera, y que queden bien juntas entre ellas y los bordes de los rollitos mirando hacia adentro (para que se sostenga contra otro rollito y quede cerrado). Cubrir nuevamente con film y dejar reposar 15 minutos en lugar tibio.

Antes de quitar el film a los rollitos y de meterlos al horno, aplastarlos levemente por encima para que se ensanchen un poco. Finalmente meterlos al horno y cocinar unos 20 minutos o hasta que estén dorados.

Opcionalmente se pueden sacar unos minutos antes y pintarlos con un almibar casero o idealmente con jarabe de arce y luego volver a meterlos para terminarlos. Otra alternativa es hacer un glacé y chorrearlos con el glacé una vez sacados del horno.

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