La pasta en Italia aumentó un 20%. Los tanos, con su fusible corto, protestaron. Decidieron hacer por un día "huelga de pasta". Claro, una cosa es protestar y otra sacrificarse. La huelga consistió en no comprar pasta, no en no comerla. Como la mayoría tanística cuenta con un buen acovachamiento de spaguettis, linguines y orechiettis en sus alacenas, parece que la mayoria sobrevivió bastante bien a la cuestión. La huelga fue considerada de carácter simbólico, ya que la causa del aumento no se debió a caprichos localistas si no a razones más globalizadas.
Cuestiones monetarias de lado, no hay resultados que demuestren claramente que el uso de bio-combustibles represente una reducción significativa en la producción de gases invernadero. Otras medidas "amigables con el ambiente", como el uso de transporte público y bicicletas, parecen ser mucho más efectivas. Y entonces por qué muchos gobiernos están destinando billones (dólares/euros) en subsidiar la producción de bio-combustibles? Yo sugiero preparar una rica pasta (y servir un rico tinto) para deliberar sobre el asunto! Buon appetito!
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